SÓLO EN TAILANDIA - ONLY IN THAILAND (3)
Después algo más de un mes de letargo, y desmintiendo que Kanchana, la reina de los escorpiones, haya intentado batir su propio record, encerrándose conmigo en una habitación de Pattaya durante más de 33 días y 33 noches, vuelvo a la carga con algunas historias curiosas “Made in Tailandia”.
El protagonista de la primera historia es un joven estudiante de Bellas Artes tailandés de 31 años, Kittiwat Unarrom, hijo de panaderos.
Cual hijo modélico, empezó a aplicar lo aprendido en sus clases al negocio familiar, complementándolo con lecturas de libros de anatomía y visitas a museos forenses, elevando lo bizarro a una nueva dimensión, y creando el “body pan” (nada que ver con el “body painting”). Dicho “arte” consiste en la creación de esculturas increíblemente realistas de partes del cuerpo humano terroríficamente desmembradas, esculpidas íntegramente en pan.
Listas para el consumo, dichas cabezas, brazos o pies de pan (me niego a llamarlas barras de pan), están a la venta en su panadería-galería-cámara de los horrores de Ratchaburi, a 80 kilómetros al Oeste de Bangkok, eso sí envasadas al vacío cual bandeja de canalones, o colgadas del techo mediante garfios.
Cual hijo modélico, empezó a aplicar lo aprendido en sus clases al negocio familiar, complementándolo con lecturas de libros de anatomía y visitas a museos forenses, elevando lo bizarro a una nueva dimensión, y creando el “body pan” (nada que ver con el “body painting”). Dicho “arte” consiste en la creación de esculturas increíblemente realistas de partes del cuerpo humano terroríficamente desmembradas, esculpidas íntegramente en pan.
Listas para el consumo, dichas cabezas, brazos o pies de pan (me niego a llamarlas barras de pan), están a la venta en su panadería-galería-cámara de los horrores de Ratchaburi, a 80 kilómetros al Oeste de Bangkok, eso sí envasadas al vacío cual bandeja de canalones, o colgadas del techo mediante garfios.
“Cuando la gente ve el pan, no quieren comerlo. Pero cuando lo prueban ven que se trata solo de pan. La lección: No juzgues por las apariencias”...
Sin importar el sabor, reconozco que me sentiría un poco extraño, por no decir otra cosa, dando un mordisco a uno de los dedos de una mano de pan, o rellenando una de las cabezas con jamón serrano…
Sin importar el sabor, reconozco que me sentiría un poco extraño, por no decir otra cosa, dando un mordisco a uno de los dedos de una mano de pan, o rellenando una de las cabezas con jamón serrano…
....¿Seré yo el raro?
Nota: El precio por cabeza es de 500 baths (unos 11 Euros) + Gastos de envío…
En nuestra segunda historia, el protagonista es el Cuerpo de Policía de Bangkok, cuyos oficiales que cometen pequeñas faltas están siendo castigados desde hace más de un año con la obligación de llevar un brazalete rosa de Hello Kitty sobre su uniforme, hasta que sus superiores lo consideren oportuno.
No importa cuantos galones o premios al valor tenga el oficial, si éste aparca en un lugar no permitido, llega tarde al trabajo, o es pillado infraganti lanzando basura al suelo, será obligado a llevar a la dulce Kitty donde quiera que vaya.
El responsable de esta medida, jefe de la División para la Supresión del Crimen Organizado de Bangkok, comentaba que las simples advertencias ya no funcionaban, y se ha visto obligado a instituir dicha humillación: “Esta nueva medida espera hacerlos sentir culpables y avergonzados y de ese modo evitar que vuelvan a cometer la misma falta, por pequeña que sea”, “Kitty es un icono muy mono para las chicas jóvenes. No es algo con lo que los oficiales de policía machos quieran cubrir sus bíceps”
Se sospecha que si la dulce Kitty no cumple con su papel, el siguiente paso será poner sobre los uniformes de los oficiales un liguero de Pucca y un tanga de Bugs Bunny…
A fecha de hoy y tras más de un año de implantación de estás medidas “disuasorias” puedo asegurar que no he visto a un solo oficial de policía con tan lindo brazalete, ¿Será que la medida ha calado hondo y ya no hay ningún policía que se esté portando mal en Bangkok?...
No importa cuantos galones o premios al valor tenga el oficial, si éste aparca en un lugar no permitido, llega tarde al trabajo, o es pillado infraganti lanzando basura al suelo, será obligado a llevar a la dulce Kitty donde quiera que vaya.
El responsable de esta medida, jefe de la División para la Supresión del Crimen Organizado de Bangkok, comentaba que las simples advertencias ya no funcionaban, y se ha visto obligado a instituir dicha humillación: “Esta nueva medida espera hacerlos sentir culpables y avergonzados y de ese modo evitar que vuelvan a cometer la misma falta, por pequeña que sea”, “Kitty es un icono muy mono para las chicas jóvenes. No es algo con lo que los oficiales de policía machos quieran cubrir sus bíceps”
Se sospecha que si la dulce Kitty no cumple con su papel, el siguiente paso será poner sobre los uniformes de los oficiales un liguero de Pucca y un tanga de Bugs Bunny…
A fecha de hoy y tras más de un año de implantación de estás medidas “disuasorias” puedo asegurar que no he visto a un solo oficial de policía con tan lindo brazalete, ¿Será que la medida ha calado hondo y ya no hay ningún policía que se esté portando mal en Bangkok?...
2 comentarios:
Y si la idea de la policia thailandesa la adoptasen otros cuerpos? Los politicos corruptos deberian llevar antifaces (nos faltarian antifaces, seguro), los banqueros voraces tendrian que cortarse una pierna y ponerse un palo en su lugar y llevar un loro en el hombro, los turistas liantes que se meten en jaleos deberian llevar una mochila llena de piedras... Las posibilidades son infinitas.
No es mala idea, Tiburcio, pero creo que sería más practico (y seguro mucho más económico) poner antifaces, y una capa con una Z en la espalda, a los políticos no corruptos; brazaletes de Rambo a los policías "legales"; regalar un loro a los banqueros "humanitarios", y una mochila con un jamón pata negra a los turistas "buenos" y con un jamón serrano a los "menos malos" (que no me quiero quedar yo sin el mío...).
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