LOS NOVIOS DE LAS CHICAS DE LOS BARES (SUS CARTAS)
Sin darle más importancia al tema que la que realmente tiene, y sin entrar a juzgar este oficio, lo cierto es que es una de las muchas cosas que ofrece Tailandia, y por supuesto no es ni lo más importante ni lo mejor del País, ni nada que no exista en España o Latinoamérica... aunque aquí se le haya dado mucha más publicidad que en otros lugares del mundo, ¿Será tal vez porque periodistas sensacionalistas, como Sardá, se han enamorado de alguna de estas chicas y se han sentido defraudados...? ¿Será suya alguna de las cartas que podemos leer en el libro...?
Con el permiso de Tiburcio, y aprovechando que siempre lleva una tremenda trompa, y por ello no se le ocurre pedirme dinero, voy a copiaros su entrada integramente hoy en nuestro Blog.
Por cierto, lo que siempre le acabo prometiendo son unas cervezas, y estoy empezando a plantearme que tal vez sería mejor para mí pagarle dinero en vez de copas, ya que aquí en Tailandia los barriles de cerveza que se bebe Tiburcio valen una pasta...
"Dave Walker y Richard S. Ehrlich tuvieron en 1992 una idea brillante: escribir un libro sobre la prostitución en Thailandia que no les costaría ningún trabajo, porque el libro se lo escribirían otros. Así fue como nació “Hello my big big honey”, que yo he traducido como “Hola mi gran gran quesito”, que ha sido lo más cursi que se me ha ocurrido.
El cuerpo del libro lo componen una serie de cartas escritas a chicas de bares por sus clientes extranjeros y varias entrevistas a las chicas. Me imagino que escribir el libro tuvo que resultar una experiencia excitante y placentera. “Cariño, me voy a una casa de masajes a seguir trabajando en el libro. No me esperes despierta”. Me imagino que los señores Walter y Ehrlich deben de ser hoy en día dos periodistas divorciados que andan buscando a un editor que les financie una segunda edición corregida y ampliada de la obra.
La lectura del libro me confirma en mi teoría de que mucho de lo que llamamos turismo sexual no es tal, sino turismo de cariño. Cuando uno ve por el soi Nana en Bangkok o en la playa de Pattaya a esos turistas cogidos de la mano de una chica veinte años más joven a la que han pagado para sacarla del bar y ve cómo la acarician y la miran arrobados, entiende que ahí hay mucho más que puro sexo. Alguno de esos turistas me ha enseñado las fotos de su “novia”; se les ve en algún restaurante barato, abrazados o brindando con cerveza. El turista aparece feliz, con cara de no creerse la suerte que ha tenido de encontrar a esa chica. En cuanto a la chica… hay de todo. Algunas simulan enamoramiento con tanta perfección que la imitación no puede distinguirse del producto genuino. Otras miran a la cámara con una sonrisa de circunstancias, como si fuera, que seguramente lo es, la décima vez que se hubieran visto obligadas a posar como novias enamoradas.
Por si alguien dudase de lo anterior, aquí transcribo algunos fragmentos de las cartas:
Yo (Hubert) estaba muy triste muy triste de decirte adiós esta mañana en Don Muang (nombre del aeropuerto de Bangkok en aquella época). Como tú, Hubert también llora. Pero no te preocupes, Hubert volverá a verte muy pronto.(…) Me siento muy mal en el avión, porque ya te echo de menos. (…) Intentaré ayudarte con dinero. Pero por favor no esperes demasiado de mí, porque ahora tengo que ahorrar dinero para volver a Bangkok pronto.
Lo más interesante es que el tema del dinero aparece más tarde o más temprano (generalmente más temprano) en estas relaciones, pero los turistas consiguen tomarlo como un gesto generoso de su parte y no ver que están en una transacción comercial y que tan pronto falte el dinero, adiós.
Volveré a Bangkok pronto, tal vez con mi mujer. No te preocupes, Mi mujer es muy buena amiga como tú. Creo que lo puedes entender. (hay mucho inconsciente por el mundo; me gustaría saber si viajó con su mujer y lo que ocurrió). ¿Abriste una cuenta en el Thai Farmers Bank como me dijiste la otra vez? Si quieres que te mande dinero, tienes que abrir una cuenta corriente. (También D. Inconsciente ha caído en la trampa del dinero).
Te estoy enviando 200$ a tu cuenta en el Bangkok Bank. Cuando leas esta carta ya tendrás el dinero. Quiero que lo utilices para estudiar más o que lo ahorres para tu futuro. (Este turista ha adquirido ya el complejo de Pigmalión. Seguramente está convencido de que su novia posee grandes dotes intelectuales y que él la sacará de la calle y la convertirá en una física atómica). Acuérdate de que es para tu uso.(Hace bien en señalarlo. Las familias suelen esperar que sus hijas les envíen dinero. Lo de cómo lo ganan es secundario. También es normal que las chicas tengan algún novio thailandés con el que se gastan el dinero que les envían sus novios extranjeros). Espero que tu trabajo vaya bien y que te vaya todavía mejor cuando empiece la temporada turística. Te echo de menos. Amor. (¿Cómo tenemos que entender que le desee suerte en el trabajo a una chica de bar? ¿Quiere tal vez que cada noche se lleve a la cama a dos clientes?)
Estoy viviendo aquí con mi novia, pero pienso en ti todo el tiempo y no la quiero. ¡Te quiero a ti! (Resulta evidente que el paso por Bangkok provoca inflamaciones en la cornamenta de las terceras partes).Pienso demasiado y quiero tenerte conmigo todo el tiempo. Quería mandarte algo de dinero al banco, pero es muy difícil, así que pongo en esta carta algo de dinero (Da lo mismo la nacionalidad, que tengan novia o no, al final todos acaban enviando dinero).
Cariño, cuando estábamos juntos, te amaba, pero no sé si tú me amas. Muchas veces pienso que me quieres sólo por mi dinero. Recuerdo que me dijiste 100 veces “cómprame una televisión”. Incluso cuando viniste conmigo al aeropuerto me dijiste muchas veces “dame dinero”. (No está mal. Está empezando a abrir los ojos. Tal vez cuando la chica le haya repetido lo de “dame dinero” 600 veces más, se dará cuenta).
Aprendí muchas cosas buenas de ti, quizás no lo entiendas, pero vi cosas y sentí cosas tan buenas que me hicieron cambiar. Antes solía perder los nervios y enfadarme, pero pasar tiempo contigo me hizo ver las cosas de una manera diferente. Ahora quizás sea más como un budista y sea mejor persona.(Tantos siglos enviando misioneros a evangelizar, cuando hubiéramos podido obtener mejores resultados- y más agradables para los evangelizandos- con el envío de prostitutas).
Seguro, cariño, quiero estar contigo todo el tiempo de mi vida y nunca quiero pararte otra vez, pero ahora debo parar de escuchar mi corazón tanto, tengo que empezar a escuchar a mi cabeza otra vez. Mi cabeza me dice, ten cuidado de esta chica, tal vez sólo buscas mi dinero y piensas que te amo tanto y que te envío suficiente dinero para que resuelvas los problemas de tu familia. Me da tanta pena por ti mi gran amor pero nunca he visto tu amor en Thailandia, sólo exhibición de amor (…) Seguro, cariño, mi gran amor, si nos casamos quiero dar algún dinero a tu madre, pero ahora no puedo ayudarte, espero que lo entiendas, cariño mío(…) Mi gran amor, quiero oír que quieres casarte conmigo en Bangkok.¡Lo espero! Puedo creer en tu amor hacia mí, porque sin amor no es posible pasarlo bien juntos. (Lo patético de esta carta es que el autor en el fondo sabe perfectamente que no hay amor, sino interés económico, pero se esfuerza desesperadamente por no verlo. Por cierto que la última frase citada no es cierta: desde que se inventó la viagra es posible pasarlo bien juntos sin amor).
Y dejo para el final, la carta más patética de todas:
Estoy muy muy cansado estos días, porque no he dormido mucho últimamente: me preocupo demasiado por ti. Estoy muy triste porque me colgaste el teléfono hace dos noches (eran las 4.30 en Francia). Siento que estabas muy enfadada conmigo y me hizo sentir muy mal, porque te amo tanto y pienso en ti cada segundo de mi vida (…) Oh mi única, sabes que sólo deseo lo mejor para ti y siempre trabajaré lo más duro para que así sea, hasta mi último suspiro. Por favor, no te enfades conmigo porque me duele tanto que no lo puedo decir. Eres mi única esperanza, la única persona por la que puedo vivir y luchar. Es verdad, mi amor: si no fuera por ti, me sentiría un hombre muy viejo y cansado, una persona inútil y al final largaría todo y me dejaría morir. No tengo a nadie más que a ti. Por favor, amor mío, no me olvides. Por favor, perdona mis pecados, mi torpeza y mi debilidad. Escríbeme unas pocas palabras, o llámame, porque tu amor es tan importante y vital para mí como el aire que respiro o el agua que bebo y no podría vivir sin ti. Te amo y siempre te amaré. Nunca te olvidaré ni te abandonaré. Por favor, ámame un poco.
La pregunta del millón sería: ¿cómo puede un hombre enamorarse perdidamente de una chica a la que ha sacado de un bar y le ha pagado por hacer el amor? Bueno, que un hombre pueda, de todo hay en la viña del Señor, pero aquí vemos que son cientos de ellos.
Pienso que el problema está en que no las ven como prostitutas. En su cabeza una prostituta es una señora que se acuesta contigo por media hora y en cuanto suena la campanilla te echa de la habitación. En Thailandia se encuentran con una chica que les sonríe, les pone las zapatillas en los pies y la pasta en el cepillo de dientes y parece que no atiende al paso del tiempo. Enseguida caen en la fantasía de “la pobre chica que tuvo que entrar en el bar forzada por las circunstancias, pero que en el fondo es pura y se ha enamorado de mí”. Peor todavía, caen en la fantasía de “soy el caballero que viene a rescatar a esta doncella de la perdición”. No saben, o no quieren saber, que la chica está en el bar voluntariamente y que para ella ponerle las zapatillas en los pies y la pasta en el cepillo de dientes no es más que una parte más del intercambio comercial.
El próximo día: la versión de las chicas."
http://www.asiabudayrollitosprimavera.blogspot.com
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